FLAYER

NUESTRA CASA

Casa de la Mujer María Conti, es un espacio físico donde se atiende a mujeres en situación de vulnerabilidad y violencia. Lleva el nombre de quien fuera una incansable luchadora de los derechos de la mujer frente a la injusticia. Es un espacio de contención y protección especialmente a las víctimas de violencia machista.

María Conti (55 años), militante del P.C.R. y de Amas de Casa del País, fue Miembro de la Comisión Organizadora del Encuentro Nacional de Mujeres de Bs.As. en 1996. Desde la tragedia vivida por Romina Tejerina en Jujuy no dejó de LUCHAR en todos los terrenos posibles, por la búsqueda de la libertad de ella y de todas la Romina Tejerinas de nuestro país; que son víctimas de un sistema patriarcal, en el que el Estado condena a quienes no recibieron educación sexual, penaliza a quienes son obligadas al aborto clandestino y no investiga a los violadores. Este Estado es el mismo que, al producirse actos psicóticos, no los reconoce como tales por ser la justicia prejuiciosa y misógina en la mayoría de los casos.

La firmeza de María, su cordialidad e incansable militancia y su poder para unir, limando todas las diferencias políticas entre nosotras, es un ejemplo que debemos tener presente quienes participamos en la militancia feminista.

El 31/07/07 sufrió una tragedia que le costó la vida. Al volver de Mendoza, dónde había visitado con gran alegría a su pequeña nieta, tuvo un accidente en la ruta. Viajaba con ella su compañero, Rafael (importante dirigente del Partido que compartían, quien en época de la dictadura estuvo 8 años preso) y otras dos compañeras, que resultaron heridas.

María ha sido una figura fundamental en la lucha por la liberación de Romina, porque junto a Amas de Casa del País y otras mujeres solidarias ha luchado para que en Romina pudiéramos ver la expresión más evidente de la opresión y la violencia que sufrimos las mujeres por nuestra condición de género y clase. Mujeres, jóvenes, pobres y periféricas, un cruce de opresiones que se potencian y que encontraron en Romina un chivo expiatorio de una sociedad que condena lo que no puede evitar, como no pudo evitar el Caso de N y de tantas mujeres anónimas que sufren en Jujuy la violencia sexual.

María no sólo tuvo la capacidad de comprender rápidamente la problemática que las mujeres viven en Jujuy y por supuesto lo que sufrió Romina y N, sino que además fue quien vertebró el movimiento nacional de solidaridad que fortaleció la lucha en Jujuy y logró nacionalizar algo que el poder local quiso mantener oculto.

María fue el motor de los cientos de manifestaciones, marchas y acciones de protesta que el movimiento de mujeres llevó a todos los ámbitos institucionales incluida la Corte Suprema de Justicia de la Nación, para que la justicia accediera a una interpretación de los hechos que incorporara la perspectiva de género y permitiera a Romina obtener la libertad.